Què em pose hui?

El cuerpo, ante la reducción a escombros de su referente, ante el retoque y la transformación de la imagen, se metamorfosea, perdiendo su entidad y convirtiéndose en algo distinto de lo que en un principio era.

Cabe entonces un cuestionamiento,

¿Soy yo o solo un irreal?

Amparo García

En febrero realicé una exposición individual en la Intersindical Valenciana. El tema como gran parte de mi obra hace referencia al cuerpo.

Yo siempre he sentido una especial tendencia por la representación figurativa del cuerpo humano. Y hace aproximadamente tres años empecé a trabajar en varias series donde trataba conceptos como el de BELLEZA, LA TRANSFORMACIÓN, LA METAMORFOSIS, LA FRAGMENTACIÓN Y EL ESPEJO.

Estas series me permitieron darme cuenta que generalmente solo somos CONSCIENTES DE UNA PARTE de nosotros mismos, un fragmento, el rostro reflejado en el espejo, los pies, los quilos de más, y la mayoría de veces esa conciencia está distorsionada.

Además los avances médicos y científicos han permitido al cuerpo modificarse hasta el punto de convertirse en algo totalmente distinto de su referente, devolviéndonos a veces una imagen de belleza artificial. Esto hace un siglo hubiese sido impensable.

También la observación de unos intereses comerciales que están diciéndonos a través de la publicidad, como tenemos que vestir o adornar nuestro cuerpo o que productos tenemos que gastar para conservar esa belleza que quieren hacernos suponer eterna.

Todo ello me llevó inevitablemente al tema de la moda.

He de decir que en un principio la serie es más amplia y no solo trata el tema de la MUJER, sino también el del HOMBRE, porque este con los años ha acabado adoptando hábitos de consumo y estéticos similares; pero tuve que reducirla y limitarla por las condiciones de la sala, pero sigue inacabada.

Què em pose hui? Surge pues de todas estas reflexiones y de la observación de la publicidad, las revistas de moda y los medios de comunicación. Y pretende ser una REFLEXIÓN A LA REPETICIÓN, AL CLON, A LA TRANSFORMACIÓN EXCESIVA Y A LA GLORIFICACIÓN DE LA APARIENCIA EXTERNA Y DE LA JUVENTUD ETERNA.

También al deseo de posesión de los objetos y como estos han perdido parte de su sentido, que era el de la utilidad. Porque que sentido tiene que un diseñador cree unos zapatos con los que las modelos se caen en la pasarela. El teatro del absurdo, ¿Cuál es su razón o no de ser?

Es también una reflexión al consumo desmedido, donde lo que interesa es el poseer. Y a la apreciación subjetiva del cuerpo y al sentido del ser y el parecer.

Con todo esto, he de deciros que no intento aleccionar a nadie, son solo las reflexiones que me hago a mi misma y que las expreso por medio del arte.

A continuación pongo algunas de las fotos de la exposición.